Desustanciado y agotado: THE SUBSTANCE
- Vic Mc Gil
- 22 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024

Difícil, pero no imposible. Me ha tocado escribir sobre la película The Substance, de la directora Coralie Fargeat. ¿Qué decir de la película del año? Hay quien se viene muy arriba y la llaman “la película de la vida”. Bueno, yo no diría que es para tanto. Vamos a ver, la película está más que bien, y hay que agradecer que el filme del momento sea una bocanada de aire fresco con esta propuesta de horror feminista. Pensaba escribir que nos apartaríamos de personajes saltarines enfundados en licra. No es verdad, los hay y además a montones, con una cámara que actúa a veces como un verdadero falo entre culos danzarines. Con todas estas premisas habría que estar loco para remar en contra del largometraje.
Entones, ¿qué es lo que me sucede que no puede unirme a los que la elogian a los cuatro vientos? Reconozco dos problemas. Uno que es culpa mía, y el otro, tal vez también, pero solo puede.

La película ha generado mucho entusiasmo en los festivales donde se ha proyectado. Nos fue imposible, a los miembros del TxP, verla en el festival de Sitges, donde la sala del Auditori estaba a rebosar a los pocos minutos de abrir la preventa de entradas. No ha sido hasta el festival de Terror de Molins de Rei que hemos podido disfrutarla, ¡y con palomitas gratis! Chúpense esa, otros festivales. Así que, al menos por mi parte, había muchas ganas. Primer error: las expectativas de uno mismo. Cthulhu, Tiburón o el monstruo que sea nunca será más grande ni terrorífico que el que uno imagina. Hay que pinchar el soufflé antes de entrar a una sala, porque, si una película no cumple con tus expectativas, el problema es solo tuyo.
Valga decir que la película me parece notable. Estoy hablando de un siete, no de un seis o un aprobado ramplón. Entonces, ¿Qué es lo que lo pasa? ¿Os acordáis cuando a las películas se les decía que parecían un videoclip? Esto se debía a que se estaban incorporando al lenguaje audiovisual aquellas técnicas surgidas en el video musical: una edición rápida, una estética visual llamativa y el uso de canciones que seguían el ritmo narrativo.
No me quejo de lo anterior. Por suerte, este camino ha continuado, y han surgido cosas muy disfrutables, como por ejemplo la película Escape From 21st Century, vista en la última edición del festival de Sitges, o la obra de Edgar Wrigth, a quien veneramos en este blog y me batiría en duelo con insultos escritos por Orson Scott Card contra quién diga lo contrario.

En mi opinión, The Substance exprime estos recursos más allá de la pulpa de su fruto convirtiéndose en un tráiler de más de dos horas de duración. Aquí va mi segundo problema: la sensación que me provoca durante la proyección, y al finalizar, es de hastío. En la sala de edición, Fargeat no usa un cincel para esculpir, sino un hacha empleada para descuartizar y repetir en exceso su material. Me ha quedado grabado a fuego el plano nadir de la palmera y la frase “Rember you are one”. Es posible que esto sea deliberado y la cineasta quiera provocar en el espectador esta sensación. Por tanto, podria estar calificando como defecto algo que no lo es. Se me ocurren diversas razones que expliquen el abuso de este recurso, pero solo la directora lo sabe.
Lo que es innegable son las innumerables fuentes que bebe la directora. En su ejecución, a Réquiem por un sueño (2000) de Darren Aronofsky. En lo visual y estético de Stanley Kubrick (2001: Una odisea en el Espacio, La Naranja Mecánica y El Resplandor), Alfred Hitchcock (Psicosis), Brian de Palma (Carrie) y David Lynch (El Hombre Elefante). En lo gore, David Cronenberg (La Mosca) o de John Carpenter (La Cosa). Musicalmente a Así habló Zarathustra de Richard Strauss o el tema de Vértigo de Bernard Hermann. Estas son algunas de las que detecté, pero seguro que hay más. Ante tantos elementos prestados, cabe preguntarse si es un homenaje o una simple copia. Cuando algo es tan evidente, solo puede ser uno de las dos extremos. Yo tengo mi opinión sobre ello que se reafirma al llegar al clímax y me expulsa del film por resultar tan obvios.

El largometraje es una reformulación interesante del Retrato de Dorian Grey, focalizado en la industria del entretenimiento. Habla sobre el envejecimiento, la soledad y la autoestima. Debe ser tomada como un cuento de terror atemporal, lo contrario, caería en la hilaridad. ¿Una sustancia que te convierte más en madre que en otra cosa? ¿Una chica que lo mismo baila, te hace una función lumbar o te alicata un cuarto de baño?¿Un programa de televisión sobre ejercicio aeróbico que lleva a su presentadora al Paseo de la Fama? ¿Qué será lo próximo, abrir un blog sobre cine en 2024?
Una cosa es segura, The Substance no deja indiferente. Y por alguna razón, te hará retorcer en la butaca. Está repleta de aciertos en todos sus apartados. Es magistral el arranque, que también, sirve de epilogo de la cinta, lo que demuestra que Fargeat no es manca. Es un acierto la elección de Demi Moore, no solo por volver a romper los tabúes sobre su cuerpo a los 61 años, sino por el paralelismo que existe entre el mensaje de la película y su carrera. Dennis Quaid en su actuación, no es que contenga trazas, sino que se ha comido directamente a Nicolas Cage. En cuanto a Margaret Qualley, desprende una energía electrizante. Y no quisiera acabar sin comentar en los momentos más viscerales los espectaculares efectos de maquillaje, ¿puede que sean un Oscar? Porque sí, esta película se ha de llevarse alguno. Pero también, tiene sus lagunas.
¡HAY QUE VERLA!
∎

























































Comentarios