DE ‘ESCAPE FROM 21st CENTURY’ A ‘THE DEVIL'S BATH’, una maratón en Sitges.
- Vic Mc Gil
- 22 oct 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 nov 2024

No me gustaría estar en el pellejo del equipo que programa las maratones del Festival de Sitges. No debe ser nada fácil despertarse a la mañana siguiente de las proyecciones y leer las opiniones en la red de quién sabe quién (que no me importan), sobre aquello y lo de más allá.
Si ha llegado hasta aquí algún programador, mis felicitaciones por la fantástica maratón del domingo 13 de octubre por la tarde en la sala del auditorio. Ya puedes dejar de leer y descansar para coger fuerzas para el próximo año.
Para el resto, ¿no opináis que programar la ganadora del festival después de la excitante Escape From the 21st Century no es una gran idea? Si lo creéis, estáis en mi equipo. Analicemos ambas películas sin destripar nada.
La primera, Escape From the 21st Century, es una producción china que deja claro desde el principio lo que es. Si entras en el juego de los primeros minutos del metraje, vas a estar atrapado hasta el final. La película arranca dejándote claro que es un mundo que no es el nuestro y, por tanto, las reglas a aplicar no son las mismas. Debes suspender la incredulidad y dejarte llevar. La cinta no te permite respirar en ningún momento, ya que es consciente de que, si te dejara hacerlo, podrías hacerte alguna pregunta y perderte por el camino. Pero, si no lo haces, a cambio te ofrece una alta dosis de dopamina, administrada en cápsulas de humor y acción. Todo esto lo consigue gracias a un montaje trepidante y un uso acertado e imaginativo del lenguaje visual, acompañado de una buena selección de música no original. Aunque este despliegue audiovisual no es nuevo, aquí se eleva al cubo. En cuanto al guion, sin desvelar mucho, plantea cómo un grupo de adolescentes viaja en... ¿a quién le importa? ¿No ha sido suficiente con lo que te he contado?
El Momentazo de la peli: Cuando suena la canción “Holding Out for a Hero” de Bonnie Tyler.
Y después del subidón, el frenazo de las altas emociones: The Devil’s Bath. El festival decidió proyectar, después de la producción china, la ganadora del certamen. No quiero que se me interprete mal, la producción de origen austriaco es perfecta. Ofrece otra cara del cine, a un ritmo pausado, con un argumento perturbador que deja poso para llevarlo a casa durante un tiempo. La película nos sumerge en los bosques austriacos de 1750. Narra la vida cotidiana de una mujer de origen humilde y su relación con la vida, la muerte y la religión. El film cuenta con una buena realización, una fabulosa ambientación y un trabajo actoral excepcional.
Mi momentazo de la peli: La actuación de la protagonista al conseguir, por fin, el clímax.
No me perdería: La explicación final.
La maratón nos proyectó otras tres películas más: Desert Road, Exhuma y MADS. Pero las analizadas aquí son las que más me apetecía mencionar para ilustrar la montaña rusa de emociones que ofrece el festival de Sitges. Por todo ello:
¡VIVA EL CINE Y EL FESTIVAL DE SITGES!
Comentarios