AZRAEL, silencio en la sala
- Borja del Rey
- 15 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 nov 2024

Azrael es el nombre que recibe el arcángel de la muerte en las tradiciones judía y musulmana. Su misión es recoger las almas de los fallecidos y guiarlas hacia el juicio. Y no es casualidad que la película tenga este título. Os invito a averiguar quién o qué es Azrael realmente en la película.
Esta película de terror está dirigida por E.L. Katz, guionista y productor, que debutó como director en 2013 con Cheap Thrills. Siendo un completo desconocido para mí antes de ver Azrael, tengo que confesar que le voy a seguir la pista de cerca por esta buena obra que ha hecho con no demasiado.
La casuística de la vida cotidiana quiso que no supiese nada acerca de este largometraje antes de verlo. Por eso, no sabía qué esperar de ella, ni siquiera que iba a escuchar sólo dos frases en toda la película. Así es, Azrael es una película sin diálogo, a excepción de un par de toques sin importancia en alguna lengua, que me han chivado es esperanto, y que ni se han molestado en subtitular.
La historia nos sitúa en un mundo, entendemos, postapocalíptico. En mitad de un bosque, una mujer, interpretada por Samara Weaving, huye con su pareja de unos individuos con mucha mala leche que parecen pertenecer a una especie de secta muda.
Esta secta está liderada por una especie de bruja embarazada a punto de parir nada bueno. Adoran a alguna clase de ser maligno que aparece en mitad de la nada al oler sangre, cual zombi hambriento. Y resulta que no es uno, son muchos. Luego sabemos que son demonios a los que se conoce como "quemados", de ahí su color negro.
La película está fantásticamente rodada; la ambientación, los planos, los movimientos de cámara y la música, como no. Quiero remarcar una escena en la que el personaje de Weaving lucha por su vida con un sectario en plena noche, mientras suena una música como sacada de Stranger Things. No tiene nada que ver con lo que estamos viendo, pero queda espectacular.
No quiero olvidarme de destacar el papel de Samara Weaving, que ya conocía de películas como Mayhem, Guns Akimbo y Scream VI, entre otras. A la pobre Samara siempre le toca sobrevivir a situaciones de peligro. Quizás se ha vuelto adicta a ello, y se le da muy bien.
En el Festival de Sitges podría haberle quitado el Premio a la Mejor Actriz a Kristine Froseth (Desert Road), y también el de crossfitera del año, porque no veas la de kilómetros que corre la mujer.
En definitiva, Azrael nos mezcla un terror folk con el suspense y la tensión de una película de perdecuciones con violencia. La evolución de la protagonista es el centro de la historia, pasando poco a poco de ser la presa a ser la depredadora. Si llega a durar un poco más, termina ella persiguiendo a los demonios.
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